Dinosaurios

Cornago ofrece la posibilidad de realizar un viaje al pasado, a la época en que los dinosaurios dominaban la tierra.

En aquella era, hace 120 millones de años, lo que es ahora La Rioja presentaba un aspecto muy diferente al actual, con abundantes zonas pantanosas y densa vegetación, el hábitat ideal para el desarrollo de estos "lagartos terribles", significado de la etimología griega de la palabra dinosaurio.

El yacimiento de Los Cayos, a tres kilómetros del centro urbano de Cornago, es el más importante de La Rioja. En él encontramos centenares de huellas de grandes dinosaurios carnívoros de diferentes especies que datan del Cretácico, ciclo geológico posterior al Jurásico, momento en que comenzaron los movimientos de los continentes, período de clima benigno y húmedo que reunía las características necesarias para la vida de los dinosaurios.

En el yacimiento de Los Cayos destaca un rastro de 26 icnitas (huellas) de tres dedos, que oscilan entre 35 y 45 centímetros, y se conservan en un excelente estado.

Si bien el estudio de las huellas es relativamente reciente, en La Rioja eran conocidas de antiguo por pastores y habitantes de la zona, acostumbrados a recorrer estos parajes, y la imaginación popular ya había dado origen a diferentes leyendas e historias. Así, habían sido atribuidas a causas tan originales como pisadas del caballo del Apóstol Santiago de un gigantesco león que habría recorrido la zona. De hecho, el primer rastro del que se tiene noticia fue descubierto en 1802 en Massachusssetts (Estados Unidos), y en España los primeros hallazgos datan de finales del siglo XIX).

La gran cantidad de icnitas descubiertas en esta zona de La Rioja ha dado lugar a lo que se denomina Ruta de los Dinosaurios o Vía Cretácica, un recorrido por los diferentes yacimientos de del Camero Viejo y La Rioja Baja: Soto de Cameros (Soto 1 y Soto 2); Munilla (Peñaportillo y Barranco de la Canal); Arnedillo (Yacimiento de Arnedillo); Préjano (Valdete y Valdemurillo); Enciso (La Senoba, Virgen del Campo, Valdecevillo, Poyales, Navalsaz y Cuesta de Andorra); Igea (Era del Peladillo); Inestrillas (Ermita de la Virgen del Prado) y, por supuesto, Cornago (Los Cayos)

Además de en La Rioja, en la Península Ibérica estos saurios antediluvianos dejaron sus rastros más notorios en Asturias, Burgos, Cantabria, Castellón, Lérida, Guadalajara y Soria.